Esa palabra, que no se jacta de su significado.

La premisa olvidada en el placard, se transforma en el velo de la expresión rutinaria…, hablo de sueños? Tal vez, pero la realidad siempre supera la ficción, y eso me aburre. Mañana tendremos otras palabras para besar, y los labios fortuitos que antes olvidabas…, llenaran tu soledad de grandes esperanzas.

No es que quiera hacerte creer en la liturgia de mi mirada…, tal vez estamos buscando un eco, un poco sorpresivo y obtuso para los mortales…, pero que existe desde hace miles de años, tal vez de otras vidas…, y por sobre todo en nuestros corazones.

Caigo del cielo lentamente, mis alas roncas, y obnubiladas…, despabilan tu alma en sueños…, sabes que hacerlo es un pecado, pero te metes en la realidad como un hada…, y las siete vidas que sueñan conmigo…, para ti significan nada.

Tus piernas carmesí, rodean los vacíos que dejan tus pasos…, te vas sin venir, huyes sin una causa…, temes a querer, no regalas la palabra…, esa que te cuesta decir…, y no la escribo para así, espantar la ocurrencia mundana.

Tienes miedo…, puedo leerte los labios. Tienes frío…, puedo tomarte las manos…, pero no me dejan tus cadenas…, son dos…, la triste y la dulce condena.

Creo que es mejor pretender que existes, y que puedo saber quien eres…, de lo contrario caigo en la idea movediza, que los ángeles besan sin dejar huella…, y lo sueños son la pesadilla.

“…no hay mejor remedio que el tiempo…, tal vez ella lo sepa…, y yo lo demuestre…”