Mi refugio


Tuve miedo, era la primera vez que sentí que ese abrazo me estrujaba, corrompía mis principios y me dejaba atónito ante el deseo. Esa mujer diezmo mis sueños y besos, creencias que sentí que no existían. Que no rozaba.  
Supo besarme y erizar mis venas. Hacer correr mi piel del rosa púrpura de sus labios. Yo caí en la red, era de noche y jamás lo hubiese pensado. Esa niña de besos de mujer. Desnudo mis sentidos. Elevo mi alma. Quemo mis deseos. 
Yo no supe nunca valorar los malos besos. Los abrazos rotos. Jamás supe entenderme cuando deseaba besar, besarla.

Amo, siento, extraño ese sentimiento que lloraba en las puertas más ajenas, y nunca me olvidaron. 


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