El costado inoportuno de la ausencia.

Ella transgrede su realidad, se mete en las sábanas de la noche, cuando mas desnuda se siente. Hay música a lo lejos, tibia, despellejando al pasado y sus personajes. Ella se acuerda del aire que contuvo para no gritarle al amor, los silencios olvidados de acá para allá. Renglones que llaman a su letra, que es la mía. Cuando se cae o tropieza. No teme a volver avanzar... no teme amar ni respirar. Solo le cuesta admitir que late, ama y espera. 

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