El circo que se vuelve soledad.

Nos dijimos adiós una noche tibia de otoño, no recuerdo bien si la que dejo de detener el tiempo fue ella, fui yo, fue el. No supe porque me quedo la sed de sus sueños, si siquiera pude besar su piel. No se. 


No sabría explicarle a esta colmena de minutos que son egoístas y no se explayan cuando la extraño. No se me ocurre un titulo a esta historia cuando los amantes que se aman, mueren de ilusión. No se como encontrarle un rompecabezas a la pieza que siempre tuve y no me anime a perder.


Nos dijimos adiós y la noche se hizo ajena. Inevitable. Nos dijimos adiós y sus lagrimas calaron hondo en el cielo. 

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Inevitable.

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