Rosa: El prelúdio de la orquídea.

El aire se declara culpable de recorrer tu sien, de perturbar la calma de tu pecho..., de ser el rumor de tu mirar. La orquídea derramo su licor en tu ropa..., su aroma se desata, su silencio me ataca...

Un río de sal atravesó mi ciudad..., sus aguas limpian, la corriente respira. Las paredes de tu habitación retrucan en silencio, que hoy no es tarde para llorar..., el tinto de mis labios te invitará a arriesgar.

El anhelo de libertad, se convierte en ganas..., el deseo se enciende, el habla se nubla..., la vista se aclara. Soneto de besos, caricias en partituras..., música en letras, edén y locura.
Tomo tu pelo, rodeo tu cuello con mis sentidos..., te miro fuertemente y caigo vencido..., el extracto de pasión llega a su ocaso..., las sabanas cobijan mi suspiro, te miro sin mirar..., te abrazo.

Tus pies descalzos hacen rechinar la madera de piso..., sonrió..., me miras..., te miro. Tu piel a mi lado; su aroma no descansa..., la fragilidad de tu voz se duerme en mi boca...

Una flor no deja caer su pétalo, sin antes imaginar...