Opuesto a lo oscuro.

Luces que acompañan el desencanto cuando cae la noche, interpretando las letras esparcidas en estrellas amanecidas. Luces que iluminan placeres extraordinarios y encarcelados de pasión. Porque así son y así se viven. 


Luces que encandilas ajenas a la vida que llevamos. Luces opacas que nublan los sentidos mas amados. Placeres como luces que seducen hasta el miedo, miedo a perder esa luz bendita que nos despierta. Que es abrigo.


Luz que ahí estas, cuando no río pero lloro, luz que ahí vas... sola en la noche, conmigo de día. 


Tic. Tac. 

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