Umbral.



Caminando por una calle de sentido contrario (como a veces es la vida), cruce miradas y algo espectacular con dos personas, mujer ella... hombre el.

La dama tomaba de la mano al caballero con la fuerza del mismo infierno y lo miraba hasta el bendito hartazgo que a veces siente el sol cuando no puede estar en el mismo cielo que la luna. El hombre tembloroso se encontraba en la disyuntiva de su vida, creo yo que por sus poros brotaba amor. Correspondido o no, amor al fin.

Ella le dijo: vamos al pasaje... tengo una caja, tengo un presente, tengo música para regalarte, fue un aniversario de tu reloj y no te correspondí. El se ocupo de mostrar evidencias, de que estaba mas vivo que nunca... dubitativo, tembloroso, pero con el corazón en las manos, solo atino a decir:

"Si voy al pasaje, si cruzo aquel umbral, tendré que amarte. Amarte con la mirada, amarte en palabras, amarte en silencio, amarte a morir. A vivir como otrora, nuestras almas se cruzaban en fuego, en rojo. Si me hago eco en ese pasaje y si realmente me hago caso, te amare mucho mas".

P/d: vacilación del tiempo, extracto y continuación del texto "pasaje en la ciudad".

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