La ley del olvido no deseado.

Acuartelado en el pasado, el hombre arremete bajo la ley del “olvido no deseado”. Cruza una calle, ve una cara familiar, un perfume que recrudece heridas. Vulgaridad de tiempos añejos que encadenan hasta al más rudo de los virtuosos. Mira el mar, mira su espejo y ya no está en esa ceremonia, en ese instante eterno que ya no le pertenece soñar. Todo se escapa entre las manos, cuando no se vive con la cabeza puesta y el corazón alerta. 

Todo es arena, agua, todo! Y no somos nada… y lo olvidamos todo. O casi todo.

Porque el olvido es pasado, el pasado es vacío, el vacío es carente de dominio… y el dominio es lo que el hombre desde la prehistoria misma intenta tener. Crueles palabras, demasiados artilugios de magia. El olvido no deseado es un capitulo que a veces se jacta de aparecer, como si nada. 

Recordándonos su ironía.