Retrospectiva, cronología de un momento.


Lunes: Puede ser que finja la libertad de mis sonrisas, pero las lagrimas que no recita el cielo…, se clavan en mis sentimientos como la lluvia en el mismo suelo. Y me duele, duele no tener que ver con el destino y sus desiciones..., duele pensar que “no”, cuando podría ser “jamás”, en un “si” con miedo, cuando el “tal vez” agota el inagotable curso de las cosas…

Martes: Y que hacer? El corazón sufre sin su aire, envejece como este inmortal soneto…, la historia repite sus pasos como un sello en una casa de correo. Y el silencio se adueña del ruido de la caída.

Miércoles: El bien y el mal aconsejan mis actos de cobardía, cuestionan que hacer a tiempo y que dejar para después. Un corazón solo, no puede con la melancolía de una ciudad entera…, no puede con la sed de miles de almas enamoradas que no saben que beber…

Jueves: Todo está en su respectivo eje y conmoción original, la impotencia que siento es alegría disfrazada de desencanto…, la lluvia ya no cuestiona su libre albedrío… no hay confusión aparente y por vez primera la vida me dice que hacer.

Viernes: Solo si alguien camina mis pasos, si alguien hablara mis gestos, y gritara mis silencios podría saber que se siente tener el mundo en sus manos, no así... lo que más importa.

Sábado: “…Cuando alguien sienta que el aire se esfuma como el humo de un viejo cigarrillo, la noche es eterna y las luces no encandilen las pupilas del destino, y el corazón quiera escaparle a la razón 5 segundos después de una mirada perdida…, se sentirá con los pies en la tierra…, pero con la fe a punto de estallar…”

Domingo: Disfruta de lo absoluto, relativo…

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