La inquietud.
Prólogo: Lo inevitable una vez mas, es caer en la inquietud como rutina…, buscando espejismos en silencio, y una vez mas…, creer en ellos. Que el golpe de realidad nos sofoque, perturbe nuestras emociones…, pero no las quebrante, las genere…, y nos tenga juntos, como siempre, como nunca.
"...La inquietud golpea con esmero las puertas de mis revelaciones. Paradójicamente la tinta de mi destino se jacta de mis rezos…, de la oportunidad inmejorable de explorar en el porqué desmedido, en lo que genera este mar de dudas…, en el revuelo de emociones que cuestionan. Yo se que no puedo opinar respecto a lo que esta escrito y a toda esa farsa de nombre “inevitable”, pero no puedo reprocharme tampoco, porque no hago tal cosa…, porque no digo otras, esa es mi inquietud…, no quedarme quieto. No puedo esperar a que la causalidad regale números de la suerte, ni llorarle mis risas al destino porque hoy no te vi. Voy a buscarte. Minutos después de las 19, se escuchan los pasos del gigante…, el tiempo y su dominio total sobre las cosas que toco, me regala la libertad, la sed calma. Cruzo cobardemente mi ciudad para llegar a la tuya, y el motor que me lleva día a día a tu sonrisa, el empuje que no deja caer una gota de mas en el tintero…, es la inquietud; inquietud amarga de saber si tu inconciente esta tan conciente como mi corazón…, inquietud dulce de sentir tu perfume como una daga indulgente, rozando mi locura…, curtiéndome la piel. Esta inquietud carece de la neutralidad, rara vez, aprieta…, pero no agota..."
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