El pacto, la cama.


Mientras tanto la piel se muda cada noche, y los labios se esparcen en la cama saciando su sed. La ropa desencantada cae como el velo que encubre la fantasía, el placer de la compañía. Hay dos llamas que se funden en cada impacto. Hay dos almas libres formando un pacto.

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