Eco, silencio, paciencia y Gracia


Emisarios del mas allá, vienen a mi, intentando cumplir con la promesa del tiempo…., hacer valer cada minuto que mi corazón latió de mas, cada hora de espera exagerada…, cada día echado a perder.


Los espero como la luna espera su noche, en cada atardecer…, consuelo su llegada, sumiso y confiado como el sol, en cada amanecer. Terminará este encierro? Caerá el imperio del silencio absoluto, del oscuro masivo?


Emisarios del más allá, golpean con pasos firmes mi tierra de ensueño…, el cielo dispar y tímido hace ver su gris mas sincero…, los espero a la orilla de aquel cedro…, son cuatro…, “Eco, silencio, paciencia y Gracia”


No me atrevo a interrumpir su preámbulo, solo escucho…, y pienso al respecto: “Te habituaste mas de la cuenta a aquella casa donde solo escuchabas tu voz, el silencio te dio su abrigo y no te pudiste negar, cuando la paciencia había colmado aquel viejo río…, la gracia comenzó a perderse en la ironía. En ese preciso momento, tu corazón ya no latía”.


Aquellas palabras, resquebrajaron la corteza del viejo árbol que me cobijaba…, esos sonetos de verdad, iluminaron mis sentimientos…, estaban en lo cierto, y jamás me opuse a su hechizo.


Dejaron sus palabras, y su significado en el fondo de mis latidos…, partieron a paso lento y se perdieron en la noche…, dejaron ver su lastima regalándome la paciencia en su estado puro, el eco del río a lo lejos…, el silencio de la noche…, la gracia de estar vivo.


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