Pasajes del destino: Capitulo Septimo, ensayo final.

“...mis ideas regadas por la arena, buscan donde esconderse. El agua de mar roza mis pies y parece ser lo único que me mantiene ligado a la realidad..., las cadenas se rompen y mis manos pueden sanar las heridas en mi pecho, después de tanto tiempo los latidos vuelven a correr. Su mirada cobija la sequedad de mis ojos, nos miramos en silencio..., un abrazo a lo lejos sugiere que estrechemos la distancia, los tiempos.

Todo es luz y nuestra piel se entona con el canto del viento, mis huesos vuelven a sentirse vivos..., dejan el polvo del pasado y se estrellan en un futuro sincero y cierto. El ocaso se avecina..., nos tomamos de la mano, y enfrentamos la oscuridad, pero esta vez juntos..., sin plegarias de amor, sin lágrimas en soledad..., nos miramos y la complicidad de nunca se hace simple.

El final del ayer, dejo una rosa blanca a mis pies para hacerme creer en los vientos de esperanza una vez más, en el destino que se forja con proyectos, sueños, acertijos, con lágrimas de alegría.

P/d: Esta en nosotros fiel lector..., creer, contemplar, y aceptar lo que nos pasa, de esta única forma..., vamos a comprender que somos una gota de agua en el mar..., y queridos míos..., una noche cualquiera, el viento, el mar y la lluvia no se darán por vencidos...