Wicked Games.

Hay una inercia colectiva, un espasmo pasajero que no deja de recordar.

Es como si el sueño se repitiera una y otra vez, como si el personaje se impregnara de su propia memoria para no salir de ese punto en el que quedo. El mensaje nunca llegó, acaso esperamos mas de la cuenta una promesa que nunca se cumplirá?

Hay una inercia que desata los miedos de una ciudad que solo recuerda lo bueno y calla lo malo. 

Por que los miedos se van y los recuerdos recrudecen los espasmos. Es volver, el casette nunca corta.

La letra chica se encasilla, el rojo se va y trasluce sus colores. Se tienta a existir, a temer y a ser cuidadosamente seducido. Implora sin saber.

La ciudad es mía, las calles son mías, las bocas en miles de gritos de pasión fueron míos y yo no soy nada.

Si usted esta ahí afuera, cuente hasta tres. Si se fue no intente volver, la llave esta rota.

La ruta escapa, simplifica la música, no hay atardecer en la que los pájaros libres de fuego, vuelvan para querer quemarse...