Gritar.


Explosión interna y lenguaje desconocido…, alivio incisivo, destructivo pero nocivo. Gritar, exactamente a la causa y el efecto de la emoción que nos empaña, el leitmotiv que nos traiciona…

Jubiloso sosiego abstracto, tan noble y pasajero como eterno. Le gritamos, odiamos y amamos al porqué…, cuando nada es suficiente, como hoy, como ayer.

Gritar! Exclamar el eco de la ausencia de cordura y la absitencia de locura…, gritar cuando somos pasajeros de un tren de incertidumbre, cuando estamos con miedo y ya no es tarde…

Gritar al viento, a los dos dedos de frente que se enfrentan…, no hace falta del cinismo para gritar, menos para llorar. (Palabras que sobran).

Calmamos la sed, la nube gris se disipa…, gritamos y expulsamos esos minutos de gloria empañados por un miedo. Las manos no tiemblan, la mirada perdura…, somos parte de si mismos, y ya no es tarde…

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